Domingo, 05 Diciembre 2021 20:02

"YO PUDE SALVAR A LORCA" de Victor Amela

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            Conocía al periodista y escritor Victor Amela por su trabajo de investigación en  "NOS ROBARON LA JUVENTUD", "Memoria Viva de la Quinta del Biberón" (en este Blog), hacía falta un libro así; y acabó por conquistarme, cuando incluyó un capítulo dedicado a mi admirado tío Edmón Vallésasí que cuando me topé con éste libro no lo dudé. Lo leí con auténtica devoción, por un lado, por el cariño que me une a este poeta, y porque el autor hace un homenaje a mis ciudades más queridas: Granada y Barcelona, año 36 una, la otra en el 35, cuando Lorca invitado por su amiga Margarita Xirgú, estaba representando Yerma; además, en el Ateneo Barcelonés dio lectura a una serie versos. En una carta a su padre dijo: "Es el acto más hermoso que he tenido en mi vida. Fue emocionante el recogimiento de los obreros, el entusiasmo y el cariño que me han demostrado"  Por eso le escribió un poema a las Ramblas "La única calle de la tierra que yo desearía no acabara nunca, rica en sonidos, abundante de brisas, hermosa de encuentros, antigua de sangre." Y además, se lo pasó en grande, tenía pensado estar un mes y  pasó cuatro meses. En la ciudad Condal encontró un ambiente, hasta ahora desconocido para él, había más libertad, ideal para vivir su condición de homosexual. Naturalmente se reencontró con su amigo Salvador Dalí. 

       Os imagináis, que un día, vuestro abuelo os dijera  "Yo pude salvar a Lorca" eso le ocurrió al autor del libro cuando  era niño, en ese momento nadie dijo nada, se hizo un silencio interminable que ha durado hasta la muerte de Manuel Bonilla, su abuelo, a partir de entonces, empezó una ardua investigación. 

                   

     "YO PUDE SALVAR A LORCA" se conjuga en varios tiempos. Narra la vida de Anita su madre, de su abuela María Estévez, y sobre todo de su abuelo, Manuel Bonilla, labriego y pastor de la Alpujarra, conocedor de todos los senderos, trochas y veredas de la comarca. De condición muy humilde - "el edificio era tan humilde, que  hasta el aire pedía perdón"- , se convirtió en pasador clandestino de personas en el frente de Granada. - " Seguimos el curso del Darro hasta el Barranco del Lobo, allí les espera otros que saben dónde rebasar el frente, entrar en zona republicana y subir al Peñon de la Mata."- Pocas veces se mencionan a estas personas tan valientes, que salvaron tantas vidas. El Sr Amela se expone al escrutinio de los lectores, cuando lees nombre y dos apellidos en todos las figuras del libro; impresiona lo bien documentado que está. Me gusta porque no es una novela partidista, y sin embargo, es una crítica feroz hacia la barbarie más atropellada del mundo, la guerra, y encima civil, súmale odios  ancestrales, la gente no olvida. 

         ¡Otro libro más sobre el poeta de Fuente Vaqueros! ¡No!, En este vamos a conocer a Lorca bajo la mirada del abuelo de Victor Amela, y también la de dos niños del Albaycin, los mismos de la foto, en la Granada del verano del 36; y la de sus amigos más íntimos... A partir del capítulo que fusilan al poeta, no sé si por mi estado de ánimo, o por que su prosa se vuelve más  urgente, me quedé como si el silencio pudiera restañar.

           Manuel Bonilla partidario del bando sublevado conoce a Luis Rosales, entablan amistad, y decide sacar a su amigo Federico aquel mismo domingo, pero la tragedia se había expandido tanto que llegaron los otros antes, y se lo llevaron a las 5 de la tarde; y al tercer día lo mataron.  Era un 18 de Agosto del 36, en aquella Granada sumida en el terror, llevaba tomada casi tres semanas cuando Federico fue detenido en casa de la familia Rosales. 

                El autor funde la historia de Federico con la de sus abuelos, y con la de tantos y tantos que vieron sus vidas truncadas a través del exilio, de las tropelías que sufrieron los republicanos en los campos de refugiados franceses, hombres, mujeres y niños, vigilados por soldados senegaleses y gendarmes galos, los trataron peor que animales, sin apenas agua, sin higiene, un frio tremendo, piojos, disentería...

                  Me gusta este libro porque no es sectario. La segunda parte, aparecen nuevos personajes, su  tío Josep, que combatió como voluntario en la Batalla del Ebro - pero el que me ha hechizado es descubrir a  Agustín Penón,  desde que leyó a Lorca, quedó tan enganchado que un día, decidió viajar a Granada, vivía en Nueva York, y así averiguar lo máximo posible, sobre todo dónde estaba enterrado.  Al igual que su padre Eugenio Penón, un patrón al que sus empleados le adoraban, algo esencial para salvar la vida cuando interrumpió la guerra en el 36, y el bando republicano, empezó a asesinar a todos los empresarios y gente con dinero, a los curas, a las monjas.. era dueño de una fábrica de muebles de alta calidad. Me ha encantado toda esta parte, así como recordar a la mejor amiga de Federico, que vivía en Plaza Nueva, también amiga de Manuel de Falla, Emilia Llanos Medina, una intelectual, pintora, poeta. El Sr. Amela  da testimonio de sus antepasados trenzando historias, fijándolo con palabras, palabras que han cristalizado  en este magnifico libro. 

                   Recomendable especialmente a todos los que han tenido abuelos y/o tíos en la Guerra Civil, y sobre todo  a los que les interese conocer más  fondo, toda la movida que rodeo  la muerte del más universal de los poetas españoles.

                  Como dice el crítico literario Jesús Lens: " De la intima dialéctica entre el silencio y la memoria, nace "Yo pude salvar a Lorca" un libro indispensable, y además, lo consultarás muchas veces.

  P.D. FOTOS de abajo arriba : el chico de la izqui, es su amigo de la Residencia de Estudiantes de Madrid, Pepín Bello, el otro no hace falta que os lo presentE.  La de grupo con Dalí, Moreno Villa, Buñuel, Lorca y Rubio Sacristán, está hecha en Barcelona. Ella, su amor secreto Emilia LLanos Medina. Su casa de Fuente Vaqueros, exterior, interior, con su familia en la finca donde pasaban todo el verano, a cuatro kilómetros de la capital y en medio de la vega, un auténtico vergel.

 

             NOTAS CULTURALES:

           FEDERICO GARCÍA LORCA, era carne de cañón. A su homosexualidad, se le une su genialidad artística, su bondad natural, su simpatía inigualable, y su buena posición económica que molestaba a unos cuantos. Y por supuesto, sus ataques a la Guardia Civil. Hay un detalle muy importante que se ha sabido después,  la lucha interna que había en Granada entre la Falange Española y la CEDA (coalición de católicos y de derechas en la II República) De esta sección sale el que le puso la denuncia, Ramón Ruiz Alonso, trabajaba como tipógrafo del periódico IDEAL, había sido diputado cedista en el congreso. Quiere con avidez hacerse un hueco en el nuevo régimen, y en conversación con el golpista de Granada, el comandante y gobernador militar José Valdés,  dictó la sentencia y Ruiz Alonso la firmó. Además se la tenía jurada a uno de los Rosales, a Pepe, más conocido como Pepiniqui, y como sabía que Federico se había escondido en su casa tras los violentos y sucesivos registros perpetrados en su retiro de verano, la Huerta de San Vicente.

          Detener al mismísimo Lorca estando amparado en el lugar más sagrado de la Falange en aquellos días, la casa de los Rosales, fue un triunfo para los cedistas, y en especial para Ruiz Alonso

                  Nuestra tragedia es que no hemos podido gozar de sus nuevos géneros dramáticos, de sus poesías. donde nunca falta la luna, era su santo y seña, con ella rompe el significado de la tradición romántica.

             Sus personajes dramáticos siguen el arquetipo de la época, pero no cae en lo populachero, ni en maniqueísmos, por ejemplo, en  "Bodas de Sangre" no hay culpables.

             Lo mismo que en el Reino Unido tienen su tragedia shakespiriana, nosotros tenemos la tragedia lorquiana.

              Alcanzó la cima de la poesía con la Generación del 27, reflejando el sentimiento trágico de la vida, a través de un lenguaje nuevo. Cuando dice verde, es ¡verde!, cuando dice sangre es ¡sangre!, o cuando dice luna...y así todo.

               "Y NO QUIERO LLANTOS, LA MUERTE HAY QUE MIRARLA CARA A CARA,¡ SILENCIO! ¡A CALLAR HE DICHO! ¡SILENCIO! 6O días separan el mutismo que clama Bernarda Alba, del silencio informativo al que se sometió la muerte de su autor. Su detención y asesinato no ocupó una sola línea del periódico Ideal, tras el cierre de "EL Defensor de Granada" x mandato de los militares golpista el 20 de julio de 1936...pero la omisión de su muerte no impidió que se extendiera, en septiembre de ese año, se sabía en Madrid, y de ahí al mundo entero. A partir de entonces el interés por las circunstancia de su muerte crecían, mientras el gobierno franquista en un intento por calmar las voces "... son los accidentes naturales de la guerra" dijo Franco a un periodista mejicano en el 37.

                  ¿Qué tiene Lorca que siempre está de actualidad, y no otros?  ¿Quién mueve los hilos entre bambalinas? Seguro que quienes me están leyendo están pensado en alguien. Pero detrás de todo esto hay una realidad imposible de negar, Federico García Lorca se ha convertido en la muerte que no cesa, porque es el más famoso, de los más de 100.000 hombres que están enterrados en las cunetas de España.

       

 

                

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